ENHORABUENA LA NOCHE
Ella y su grito primigenio,
ella y sus huéspedes: esporas y larvas
ella, refugio de esqueletos vivos
ella y su memoria de esperma y magma.
Enhorabuena la noche en este frío
en esta soledad de montaña
en este trajín de topo
en esta sensación de hartazgo
en este tiempo herido.
Ella
en el evangelio de los imperfectos
en las acciones que tienen valor por escasas
en nosotros los ermitaños por las buenas o por las malas.
Ella en la suerte del trébol
en la embriaguez del viento,
en la orgía del mar.
Ella en todos los desmanes...
Cuando Dios dijo hágase la luz
la noche se bebió todos los astros.
En los bares, los jóvenes se beben la suerte de sus mayores
Alguna vez amé la inocencia de venus.
Que lance la primera piedra el que esté libre de virus
de la parca no se salvan ni los poetas
ni los que comen salmón todos los días.
Quién no ha perdido alguna vez el olfato?
Quién no se ha quedado sordo, ciego y mudo?
Doy gracias por los malos pensamientos
‘piensa mal y encontrarás la cura para la calvicie’
Enhorabuena la noche y los murciélagos
que nos arrebataron los abrazos.
El miedo es el negocio más rentable y la peor patología
¿Alguien sabe en qué laboratorio se fabrican las guerras?
¿Alguien sabe si han descubierto la vacuna?
Ojalá que importen suficiente make up
para cubrir todas las lacras.
Enhorabuena la noche
necia como la duda
como la ceguera
como la gula
El insomnio no es una peste
es solamente una pájara nocturna.
Ella
éter disuelto en las fábulas de Driffers
en las fábulas de la igualdad y la justicia
en el rastro de abenuz
en la caperucita roja y otros cuentos
Ella
en los titacs noctámbulos
en los pechos atrevidos
en esos muslos llenitos de invierno.
Ella, celestina azabache
querida de los buitres
Silente y distante como si fuera él
con su anarquía y sus vicios
como si fuera él
con su ausencia y sus láudanos.
Ella en el inframundo,
en el submundo
en todos los mundos
en la gloria del diablo y sus tentaciones
para la vida y para la muerte
ella y sus extravagancias...
Ella en estas paredes donde yazgo
con la palabra vencida
con la piel vencida
con las horas vencidas
¡Nada como tomar el sol en casa ajena!
Las arañas mueren calcificadas por la rutina.
Ella en esta realidad repleta de indigencia
En esta laya de cuervos y pangolines
Ella encuarentenándonos.
Qué más da este shock
este colapso
este guarecer en naftalina
qué más da esta verdad
con hedor a tumba y a mentira
qué más da la impotencia
la intemperie
lo que no pudo ser…
sólo sobreviven a la muerte sus autores.
Enhorabuena la noche
todo es posible en ese vientre sombrío:
los fantasmas que sobrevuelan los mercados chinos
sobre el Nilo, el Volga, el Cena,
sobre el Támesis, el Hudson y el Makensi
sobre Machu Picchu y el Panecillo.
Las redes lo saben todo y lo que no, se inventan:
el corona posee alas prefabricadas y vocación de hormiga
se cuela en la lujuria
en las pupilas y en los hombros
en las piernas y el ombligo
se cuela en el adiós de la era pasada
engrosa en la nostalgia que transmigra
del cerebro a los ojos
del dolor al olvido
Ya no quiero estar en este bunker.
Enhorabuena la noche
que se enrolla sobre mis sábanas
sobre este pubis de humo
sobre mi voz y mis duendes
sobre mis besos de luna
sobre esa necia lucecilla
que gime, sonríe, canta
y se llama poesía.
Enhorabuena la noche
Que me cerró la boca
Y me abrió las pupilas.
VIDA
Pálpito
susurro
tránsito frenético al vacío y la nada.
Para entenderte
libero mis duendes y arrojo los dados
¡no hay más verdad que lo imposible!
Cuando venus besa la tierra reverdece la grama
las luciérnagas invaden el esqueleto del día
se renuevan los pasos sobre este bosque
sobre las huellas de los labriegos y de los mártires
sobre esa manecilla que activa el placer y el miedo
¡no hay monotonía sólo una bandera blanca!
La vida nunca aprendió a leer…
Sobre ese río de cruces
deambula la sentencia de Heráclito
¡qué más da ser barro
espora
magma
nada revierte su tránsito!
En el último instante
el viento desaloja las quejas
las campanas tañen ateridos olvidos
abandonan las súplicas y los anuncios de fe.
En el último instante
el cielo devela su verdad
tan pálida como el hambre o la melancolía.
Los demonios allanan el crepúsculo
los ángeles la rutina
¡Ya nadie imita el oficio de los pájaros!
Vida:
No eres mucho mejor
ni mucho peor
eres tan solo una pregunta
sin respuesta
igual que yo.
CUANDO APARECE LA PARCA
El firmamento extiende los brazos
el árbol encoge sus retoños
la adormidera permanece con la mirada fija
sobre el cuervo que aguarda en el barranco.
El viento hace piruetas sobre las montañas
susurra griteríos en la tarde
se desnuda y cae sobre el trébol
cae sobre los jardines y las fuentes
cae…
sobre el último suspiro.
La muerte todo lo invade
con su vaho negro.
Absorbe las estrellas
hipnotiza a la luna
y la deja suspendida
en sus obscuros cuencos.
Aunque la muerte nunca ha sido mi amiga
me he propuesto conocerla:
Un día
me dejaré caer sobre sus alas fabulosas
iré enrollando mis hilillos en su carrete eterno
iré deshojando fantasías,
imaginando hasta el absurdo sus prodigios:
un encuentro con todo lo que amé y que amo...
Me iré
sin faro
sin comienzo
sin término
sin temor al ocaso.
Me iré
acatando los desafíos etéreos
me uniré a la pomposa infinitud,
al no tiempo
al amarillo rotundo de los guayacanes
a las torres inmutables del destino
al miedo que ahuyenta a los mortales.
Me uniré al verdor de la alfalfa
y a la nostalgia de las tardes
Aprenderé el idioma universal de la nada
y cuándo Dios me toque como a un río
abriré mis párpados de espuma
descenderé como la lluvia
para alimentar la pubertad de los campos.
Alma afuera,
habitaré el humilde milagro de la verdad,
el vocabulario de la bondad y de la ternura
me fatigaré en las jornadas de los vivos
descubriré sus espíritus...
Aprenderé el alfabeto de las piedras
el dulce idioma de los mirlos.
Aprenderé a sonreír como un lirio
me acostumbraré a la no fatiga
al no rojo de la guerra
al no azul de la paz.
Danzaré con los astros en su círculo blanco
elegiré la amistad de Venus
idéntica al bien y a la belleza...
Seré insolente
seré una ventana en el habitáculo divino
una visión en el asombro onírico
o seré tan solo una intención
en el leve albedrío de la vida.
DEL VINO
Cuando el vino suelta sus amarras
en su éter remolinan nuestros cuerpos
Sus arenas movedizas repiten la historia del placer
-edén de mariposas-
Hoy nuestros impulsos
son parte de esa sangre vegetal
-oleajes ebrios-
Cuando el vino suelta su fantasma erótico
se vuelve sumisa la piel a sus caricias líquidas
En su aliento burbujea esa bruma que somos
y al final cae la carne con síntomas
de lujuria infinita.
DE LA NOCHE
Afuera,
camina el silencio sobre la luz que agoniza en los recuerdos
Con su desnudez y fatiga huyen las horas
como fantasmas necios.
Adentro,
hace ruido la palabra
perorando fábulas de tiempo:
Dice que detrás de cada piedra ónix
crece una cruz para cada día
Dice que hay un ángel de negrura infinita
que cohabita con los poetas
que su ombligo ebrio cae de bruces
sobre las retinas de los seres.
Afuera,
el viento persigue el frío
se da de golpes con la puerta
bracea con las sombras que apuñalan a la luna
Adentro,
mi lámpara adelgaza como pluma leve
ligerísimas pestañas desembarazan la noche
y yo, vestida de niebla,
entro en su espejo.
De Tiempos de pandemia (2020).
Jacqueline Costales. Riobamba (1964). Doctora en CCEE, Licda. Ciencias Sociales, Magíster en Educación Superior a Distancia. Magíster en Literatura Hispanoamericana y ecuatoriana (PUCE). Premio Matilde Hidalgo de Prócel, otorgado por la Asamblea Nacional. Doctorado Honoris Causa, otorgado por el IMELE. Doctorado Honoris Causa por el Instituto Americano Cultural de Estudios Superiores. Miembro de la Casa de la Cultura de Chimborazo y de la Asociación de Escritoras Contemporáneas del Ecuador. Editorialista de diario La Prensa. Vicepresidenta de la Corporación Cultural Grupo América. Directora de la Fundación Casa Cultural Somos Arte. Publicaciones: Arcilla Literaria, Desde su Oficina de Ilusiones, De mis huellas, Crónica Periodística, Punto de vista, A Espaldas de la Luna, Por mi antigua vereda, Cómplice del silencio.