Esta muestra, de textos de Berta Lucía Estrada, es poética vigorizada por lo simbólico, construcción visual esculpida desde la palabra como el rol que el mito reencarna en la historia. En este pensamiento se afirma y desdobla nuestra civilización. El ser, configuración psíquica de la unidad filosófica, asiste en lo vivo. Reflexiona el gozo, la incógnita, los azares. Gira y respira, intuye y sobrevive las muchas voces que hablan por su mediación como en la Niñita:
Ahí estás,
erguida, dispuesta para la faena
que haga perpetuar la especie
y al deseo
que enciende nuestros cuerpos
La imagen serpentea en los diversos rostros de lo femenino, complemento-grito que explora la llaga. La representación del yo particular bordea al otro en sí mismo. Desde el ensayo, la racionalización y la caída, el alter ego reaprende el salto al alba. No es solo el cuerpo imagen y reflejo; es eso que se abraza en la “noche eterna” del comienzo de los tiempos. Entonces la soledad antigua posibilita el propio despertar, el trascender poético donde surge la palabra nueva.
En el correr del tiempo, la concepción del cuerpo, como soporte del individuo, se disocia, se fragmenta en ese camino allanado por la modernidad del mundo occidental. Entonces lo nuevo vuelve al pasado en el profundo discernimiento de lo sacro y lo profano como lo describe el poema, Destrucción del padre:
Una luz mortecina cae sobre la enorme laja que sirve de comedor
Allí yacen los restos del padre desmembrado
Su mujer e hijos roban el festín de las diosas
En el banquete funerario, la comida ritual reposa sobre la mesa como en toda liturgia. La luz agazapa el contorno de las formas, distrae la opulencia del recinto privado. En el deleite común de los sentidos las bocas se sacian. El hambre nos implica, somos seres de la devoración. Así, se perfecciona la conjugación del verbo que engulle desde lo primitivo a lo moderno: el retorno del círculo que vuelve al mismo punto, el Uróboro. No solo se trata del lugar del nacimiento y del fin, sino también del receptáculo donde la simbología nutre la unión de los opuestos, los polos.
Berta Lucía Estrada nos invita a la conjunción, al umbral, ese lugar paradójico donde los opuestos se comunican, el espacio común que es frontera y al mismo tiempo vínculo. Ahí es donde cobra sentido el rito de la poesía.
Amarú Vanegas
TRES POEMAS A LOUISE BOURGEOIS
FILLETTE (NIÑITA)
Viajas debajo de mi brazo
como la baguette que pondré en la mesa
a la hora del almuerzo
Eres mi pequeña e íntima catedral gótica
que se esconde en uno de sus nichos
o debajo de los mantos de las esculturas
que los fieles veneran
Ahí estás,
erguida, dispuesta para la faena
que haga perpetuar la especie
y al deseo
que enciende nuestros cuerpos
No te temo
eres complemento
grito, éxtasis
origen, principio
Espeleóloga milenaria
tu visita
—luz que ilumina mi caverna—
no tiene que ser sinónimo de descendencia
debe ser sinónimo de goce
y antónimo de daga
Mi vientre te recibe
anhelante
a veces acepta tu semilla
otras, la rechaza
Niñita
esta noche eterna dormiré abrazada a ti
DESTRUCCIÓN DEL PADRE
Antropofagia
festín de diosas olvidadas
Ágape aniquilador
de privilegios fálicos
herederos de antiguas leyes sálicas
Una luz mortecina cae sobre la enorme laja que sirve de comedor
Allí yacen los restos del padre desmembrado
Su mujer e hijos roban el festín de las diosas
CELLS
El invierno llegó en una tarde de noviembre, un mes antes de lo esperado
El frío se instaló en el espacio donde cuelgan las prótesis de mi hermana; sus muñecas sin cabeza yacen en el suelo
Las estalactitas y estalagmitas rompieron los tapices de las sillas antiguas
El viejo catre de mi padre me tragó cual grieta que se abre luego de un terremoto para cerrarse minutos después
El aire envenenado impide respirar
Las rejas impidieron la fuga
El horror me hizo su presa favorita
La celda, espacio claustrofóbico, atenaza mi garganta
Un aullido salió del fondo de mí misma
Eco del grito de Munch que resuena en las oquedades de esta casa-prisión
LA PALABRA, ECO QUE ATRAVIESA MILENIOS
Sherezada
rasguña
la palabra
hurga
en las entrañas
de la memoria
Con la punta de su índice
escribe historias en el aire
Su voz, eco que atraviesa milenios,
acaricia los oídos de amantes furtivos
así escapan al olvido
Sherezada, descendiente de herreros,
traza signos
y en una antigua fragua
los forja
los convierte en vocablos
Sherezada se evade
Le canta al infortunio
Las letras vadean las dunas
Escapan a las tormentas de arena
La primavera galopa en el viento
Anuncia nuevas historias
LABERINTO
Si tan sólo un pelícano me prestara sus alas
Si tan sólo una gaviota me enseñara a planear
a dejarme llevar por las corrientes
Pero sólo el gélido viento del norte
—vestido de pesadumbre—
Llama a mi puerta
Atraviesa el umbral
Las estalactitas se apoderan de la estancia
Un laberinto afilado
Invita al último juego del gato con el ratón
KAFKA EN SU LABERINTO
En la esquina de la máscara
Kafka soñaba con la máscara de su padre,
un pánico atávico
nublaba su vista
LA BITÁCORA DEL HASTÍO
Navego en un viejo bajel,
fantasmas disfrazados de marinos
se pelean el astrolabio,
—buscador de estrellas—
desgarran los papiros,
pisotean la brújula,
extravían su destino,
se apoderan del mío,
mi cuerpo,
—sombra de sus sombras—
Poemas inéditos
SAUDADE
Nunca he ido a África
África anida dentro de mí
Acuclillada yace en el pozo profundo de mi memoria.
Los dioses tutelares me hacen guiños
me tienden la mano
cargada de abalorios.
Sus dedos, largos como la aurora,
huelen a mirra,
el aceite los hace sedosos,
rasgan las cuerdas de una cítara
—hallada en una ciudad antigua, abandonada por dioses aún más antiguos—
Presentación escrita para la Antología de la literatura hispanoafricana y afrodescendiente, bajo la coordinación del escritor, investigador y editor Juan Riochí (Ësàasi Eweera) (Editorial Diwan Mayrit, España 2021). Esta presentación fue publicada inicialmente en la Revista Aleph, dirigida por el poeta Carlos-Enrique Ruiz, 2020. Puede leerse en el siguiente vínculo:
Berta Lucía Estrada Estrada (Colombia-1955) es escritora, poeta, dramaturga, crítica literaria y de arte. Secretaria del PEN Internacional/Colombia. Es librepensadora, feminista, atea y defensora de la otredad. Ha publicado trece libros y ha recibido cinco premios de poesía. Algunos de sus artículos y poemas han sido difundidos en las revistas Triplov (Portugal), Agulha (Brasil), Esteros (Uruguay), Revista Crear en Salamanca y Aleph (Colombia). Ha sido traducida al francés, portugués, rumano, griego e inglés.