26 Abr 2024

401. POESÍA COLOMBIANA. BERTA LUCÍA ESTRADA

-07 Mar 2022

Esta muestra, de textos de Berta Lucía Estrada, es poética vigorizada por lo simbólico, construcción visual esculpida desde la palabra como el rol que el mito reencarna en la historia. En este pensamiento se afirma y desdobla nuestra civilización. El ser, configuración psíquica de la unidad filosófica, asiste en lo vivo. Reflexiona el gozo, la incógnita, los azares. Gira y respira, intuye y sobrevive las muchas voces que hablan por su mediación como en la Niñita:

Ahí estás,

erguida, dispuesta para la faena

que haga perpetuar la especie

y al deseo

que enciende nuestros cuerpos

 

La imagen serpentea en los diversos rostros de lo femenino, complemento-grito que explora la llaga. La representación del yo particular bordea al otro en sí mismo. Desde el ensayo, la racionalización y la caída, el alter ego reaprende el salto al alba. No es solo el cuerpo imagen y reflejo; es eso que se abraza en la “noche eterna” del comienzo de los tiempos. Entonces la soledad antigua posibilita el propio despertar, el trascender poético donde surge la palabra nueva.

En el correr del tiempo, la concepción del cuerpo, como soporte del individuo, se disocia, se fragmenta en ese camino allanado por la modernidad del mundo occidental. Entonces lo nuevo vuelve al pasado en el profundo discernimiento de lo sacro y lo profano como lo describe el poema, Destrucción del padre:

 

Una luz mortecina cae sobre la enorme laja que sirve de comedor

Allí yacen los restos del padre desmembrado

Su mujer e hijos roban el festín de las diosas

 

En el banquete funerario, la comida ritual reposa sobre la mesa como en toda liturgia. La luz agazapa el contorno de las formas, distrae la opulencia del recinto privado. En el deleite común de los sentidos las bocas se sacian. El hambre nos implica, somos seres de la devoración. Así, se perfecciona la conjugación del verbo que engulle desde lo primitivo a lo moderno: el retorno del círculo que vuelve al mismo punto, el Uróboro. No solo se trata del lugar del nacimiento y del fin, sino también del receptáculo donde la simbología nutre la unión de los opuestos, los polos.

Berta Lucía Estrada nos invita a la conjunción, al umbral, ese lugar paradójico donde los opuestos se comunican, el espacio común que es frontera y al mismo tiempo vínculo. Ahí es donde cobra sentido el rito de la poesía.

Amarú Vanegas

 

 

TRES POEMAS A LOUISE BOURGEOIS

 

FILLETTE (NIÑITA)

 

Viajas debajo de mi brazo

como la baguette que pondré en la mesa

a la hora del almuerzo

 

Eres mi pequeña e íntima catedral gótica

que se esconde en uno de sus nichos

o debajo de los mantos de las esculturas

que los fieles veneran

 

Ahí estás,

erguida, dispuesta para la faena

que haga perpetuar la especie

y al deseo

que enciende nuestros cuerpos

 

No te temo

eres complemento

grito, éxtasis

origen, principio

 

Espeleóloga milenaria

tu visita

           —luz que ilumina mi caverna—

no tiene que ser sinónimo de descendencia

debe ser sinónimo de goce

y antónimo de daga

 

Mi vientre te recibe

anhelante

a veces acepta tu semilla

otras, la rechaza

 

Niñita

esta noche eterna dormiré abrazada a ti

 

 

DESTRUCCIÓN DEL PADRE

 

Antropofagia

festín de diosas olvidadas

 

Ágape aniquilador

de privilegios fálicos

herederos de antiguas leyes sálicas

 

Una luz mortecina cae sobre la enorme laja que sirve de comedor

Allí yacen los restos del padre desmembrado

Su mujer e hijos roban el festín de las diosas

 

 

CELLS

 

El invierno llegó en una tarde de noviembre, un mes antes de lo esperado

El frío se instaló en el espacio donde cuelgan las prótesis de mi hermana; sus muñecas sin cabeza yacen en el suelo

Las estalactitas y estalagmitas rompieron los tapices de las sillas antiguas

El viejo catre de mi padre me tragó cual grieta que se abre luego de un terremoto para cerrarse minutos después

El aire envenenado impide respirar

Las rejas impidieron la fuga

El horror me hizo su presa favorita

La celda, espacio claustrofóbico, atenaza mi garganta

Un aullido salió del fondo de mí misma

Eco del grito de Munch que resuena en las oquedades de esta casa-prisión

 

 

LA PALABRA, ECO QUE ATRAVIESA MILENIOS

 

Sherezada

rasguña

la palabra

hurga

en las entrañas

de la memoria

Con la punta de su índice

escribe historias en el aire

Su voz, eco que atraviesa milenios,

acaricia los oídos de amantes furtivos

así escapan al olvido

Sherezada, descendiente de herreros,

traza signos

y en una antigua fragua

los forja

los convierte en vocablos

Sherezada se evade

Le canta al infortunio

Las letras vadean las dunas

Escapan a las tormentas de arena

La primavera galopa en el viento

Anuncia nuevas historias

 

 

LABERINTO

 

Si tan sólo un pelícano me prestara sus alas

Si tan sólo una gaviota me enseñara a planear

a dejarme llevar por las corrientes

Pero sólo el gélido viento del norte

           —vestido de pesadumbre—

Llama a mi puerta

Atraviesa el umbral

Las estalactitas se apoderan de la estancia

Un laberinto afilado

Invita al último juego del gato con el ratón

 

 

KAFKA EN SU LABERINTO

 

En la esquina de la máscara

Kafka soñaba con la máscara de su padre,

un pánico atávico

nublaba su vista

 

 

LA BITÁCORA DEL HASTÍO

 

Navego en un viejo bajel,

fantasmas disfrazados de marinos

se pelean el astrolabio,

           —buscador de estrellas—

desgarran los papiros,

pisotean la brújula,

extravían su destino,

se apoderan del mío,

mi cuerpo,

           —sombra de sus sombras—

 

Poemas inéditos

 

 

SAUDADE

 

Nunca he ido a África

África anida dentro de mí

Acuclillada yace en el pozo profundo de mi memoria.

Los dioses tutelares me hacen guiños

me tienden la mano

cargada de abalorios.

Sus dedos, largos como la aurora,

huelen a mirra,

el aceite los hace sedosos,

rasgan las cuerdas de una cítara

           —hallada en una ciudad antigua, abandonada por dioses aún más antiguos—

 

Presentación escrita para la Antología de la literatura hispanoafricana y afrodescendiente, bajo la coordinación del escritor, investigador y editor Juan Riochí (Ësàasi Eweera) (Editorial Diwan Mayrit, España 2021). Esta presentación fue publicada inicialmente en la Revista Aleph, dirigida por el poeta Carlos-Enrique Ruiz, 2020. Puede leerse en el siguiente vínculo:

https://www.revistaaleph.com.co/index.php/component/k2/item/935-américa-latina-y-áfrica-diálogo-con-el-otro-lado-del-espejo

 

 

Berta Lucía Estrada Estrada (Colombia-1955) es escritora, poeta, dramaturga, crítica literaria y de arte. Secretaria del PEN Internacional/Colombia. Es librepensadora, feminista, atea y defensora de la otredad. Ha publicado trece libros y ha recibido cinco premios de poesía. Algunos de sus artículos y poemas han sido difundidos en las revistas Triplov (Portugal), Agulha (Brasil), Esteros (Uruguay), Revista Crear en Salamanca y Aleph (Colombia).  Ha sido traducida al francés, portugués, rumano, griego e inglés.

 

 



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