18 Abr 2024

428. POESÍA ECUATORIANA. PEDRO GIL

-11 Abr 2022

 

LUCKY EL INDOMABLE

Ah este Lucky, siempre sonriendo

GEORGE KENNEDY, en Lucky el indomable

 

Mi padre se sentó a beber

y no se levantó hasta la muerte.

Hasta la mañana que –a empujones-

lo llevaron al especialista quién le diagnosticó

cáncer

al esófago y los días contados.

Prohibida la bebida, Don Gil

¿Para qué? Si en la tumba no se come ni se bebe.

***

Al atardecer pidió en la fonda del barrio

un caldo de pata

le dijo al fondero que se lo cobrara a Dios

que le debía demasiado.

***

En la noche, aprovechando su estatura

bajó una estrella y usó como lámpara para buscar

en la bodega de la casa recuerdos

y tablas de madera.

***

Al siguiente día moría

junto a un ataúd para niño

***

En su sepelio estuvimos solo niños.

Desde los 5 hasta los 80 años.

Niños llorones, niños asesinos, niños débiles,

niños duros, niños diplomáticos, niños borrachines.

Nos quebrantamos ante la tumba de niño

de mi padre.

***

Todos consideran sus vidas dignas

de un libro o una película.

Claro que no toman en cuenta

que hay libros mágicos, reales, mediocres

y hasta impublicables.

¡Mi padre fue un gran libro!

***

Les cuento:

el Negro Víctor enterró con sus propias manos

(él mismo hizo los ataúdes de madera)

a sus cinco niños, tres varoncitos y dos mujercitas.

Sus hijos.

Mis hermanos.                

***

Paul Newman fue un actor duro.

El negro Víctor, mi padre, no fue actor,

fue un duro.

Real.

Bueno.

***

Sólo un hombre duro puede reposar en una tumba de niño.

Para e Ing. Tonny González P.

 

De Crónico Poemas del Psiquiátrico “Sagrado Corazón” (2012)

 

 

FAMA Y POBREZA

 

Es raro despertar bien sentir y sentirse bien

oir el encantamiento de los jilgueros

recibir la bondad de la naturaleza

en la contemplación de la montaña.

Debe ser normal este estado para el hombre común

pero cuando tú mismo eliges entregar tu vida

 a la militancia sin responsabilidades

no hay lugar a los remordimientos.

Nunca quise redactar sonetos a la luna (chévere Parra)

ni pedí que regresen las putas golondrinas a mi balcón cagar

me fui a los extremos y pago el precio como macho.

Por eso los achaques a mi cuerpo

no del espíritu ni de la mente.

En el banco tengo 50 miserables centavos

mis pertenencias: un par de zapatos un DVD, unas decenas de

                                                                                                                              películas

dos jeans algunas camisas y camisetas

regalos de amigos

y pare de contar.

Estoy contento y eso no es raro.

El reconocimiento literario

el mito de mi nombre y apellido

hacer lo que me da la gana, como por ejemplo,

no tener jefe de trabajo,

que me paguen por leer,

beber solo, beber seguido

40 lunas 40 soles

Puedo decir sin temor, soy un buen tipo,

soy Pedrito Gil.

Puedo decir sin temor que me encontré.

Estoy hecho.                     

 

De Bukowski, te están jodiendo (2015)

 

 

MI HERMANO SE PARECÍA AL MAR

 

                                                                               uno

En la mitad del sueño me ha despertado mi hermano muerto,

despierta que no hemos hecho nada todavía

ya has dormido demasiado, dormiste amanecido

recogiendo colillas de cigarros en las veredas de la autodestrucción

dormiste

 y los infames aprovecharon

te robaron el abrió, el sueldo bien ganado

sé consciente

sólo tú  eres culpable si perdiste el tiempo, la plata, la autoestima no

perdiste el talento el talento no debe dormir

los talentosos no duermen no se enferman suficiente con el alma en

guerra sin tregua

guerra donde caen los débiles los blandos

                                                                               dos

Es fantástico pero real cada vez que estoy en trance poético cada vez que los demonios no me dejan dormir y más aún ahora que mi hermano muerto ha entrado a mi dormitorio, llega la lluvia.

Llueve para hacerme de música de fondo

en este poema, en este despertar.

                                                                               tres

Yo en el callejón de la Muerte,

mi hermano en terapia intensiva múltiples infartos.

Yo varios días y sus noches drogándome fugitivo de la realidad,

mi hermano varios días y varías noches enfrentando

electrocardiogramas, máquinas, tubos aferrado para seguir con

nosotros, para seguir conmigo.

 

Mis familiares, una vez anunciada su muerte en Guayaquil

encontraron al hermanito menor en un fumadero de crack

yo sabía la noticia y me negaba a creerla.

                                                                               cuatro

Las mujeres de la familia me desnudaron me bañaron, me

vistieron, los más pequeños me afeitaron

mi hijo me llevó en su auto directo a una funeraria privada

a recibir el cadáver en la madrugada

llegué elegante con ropa del difunto

entré en el cuarto donde la estaban maquillando

y ahí estaba Ubaldo Enrique desnudo, hermoso y varón

las manos cruzadas en el pecho sonriendo

un muerto feliz mi hermano amado

el que se me sentaba en sus piernas para nutrirme con proféticas

coladas de avena,

sabiendo que duro iba a ser el camino

dura la guerra en este mundo asqueroso.

                                                                               cinco

Abracé a su esposa, mi cuñada

sus lágrimas

las más cercanas a lágrimas salidas de las vísceras, del alma

las otras lágrimas

las de las secretarias, compañeros, vecinos, conocidos, parientes

no digo que no hayan sido lágrimas sinceras

pero se secarían a las pocas horas

                                                                               seis

Esta noche me ha despertado y me dice que está bien

que duerme los cansados del trabajo

los cansados del hambre

los cansados de drogarse

las madres cansadas de cocinar, cuidar, esperar

los dictadores, esos sí, que no duerman nunca

que sus asesinados no los dejen dormir

¡que no los dejen dormir!

Que no duerma el poeta en sus laureles

un poeta de sueños de perro de vida suave

sólo puede dar a la humanidad

escritos cursis sermones de autoayuda.

                                                                               siete

Mi hermano muerto prepara mi funeral

en vida no pudo

quiso experimentar primero qué es eso de morir

para tener argumentos y darme un sepelio digno

¿No lo sabían? No se hagan, todos creían

que el que se iba a morir primero era yo

que quien merecía morir era yo también pensé lo mismo

las ironías del destino

las ironías de Ese que mueve las fichas de nuestras muertes

y nuestras vidas.

                                                                               ocho

Ubaldo Enrique mi hermano se parecía al mar.

Vigoroso. Inagotable.

                                                                               nueve

El mar se parece a mi hermano.

Para Simone, Alejandro y Omid, mis sobrinos

 

De Bukowski, te están jodiendo (2015)

 

 

BREVE BIOGRAFÍA

 

Madrugada del 18 de mayo,

ahí esta mi madre,

fresco aún el crisol de su entrepierna,

sudando y pujando dolores

                para que luego venga yo

sude escriba El poema.

nunca le pregunté si fue por amor o lascivia

que se entregó a mi padre

en esa cama huesuda

que está guardada en una bodega de la casa

                                                               y la memoria

ya grandecito,

pese a sentir una aplastante gana de comer,

nunca salí a buscar empleo

porque el empleo agota,

salí a buscar amor,

porque el amor es inagotable.

a los 11 años,

me perdí en un callejón donde solo había

                                                               droga y amigos con caras

                                                               y almas cortadas.

salí de ese callejón a los 24.

de los 11 a los 24 tantas cosas.

fui fichado por la poesía muy temprano

he dormido en hoteluchos

donde mujeres del ambiente

(ya no les llamemos putas, ¿quieren?)

prefieren borrachos con plata

antes que poetas con lunas estrellas planetas

                                                                                              de necesidades.

he merodeado ciudadelas

                                               de enfermedad y miseria.

he visitado Clínicas Psiquiatricas

ahí reposó mi enremedad en una hamaca

esperando el Crepúsculo.

el crepúsculo de maniáticos y enfermos

con caretas de hombres.

he paseado en carros patrullas.

he traicionado al traicionero.

he pedido limosna a Los míseros 

una vez supliqué PAREN LA GUERRA QUE YO NO JUEGO

pensaron que había fumado al revés.

bombas misiles cohetes

                                               zumbaron por mis narices.

que otro pare la guerra

he visto mi parentesco con la muerte

en uno dos tres Delirium Tremens

y supe que la muerte no es un juego

                                                                                              ni un ensayo.

la muerte, como la vida,

tiene demonios

que no vemos porque no nos da la gana

me senté,  confiado de espaldas ,

en  la silla que me cedió el asesino.

he reído atardeceres frente al mar,

respirando yodo, sal y cervezas.

he caminado bajo aguaceros sin paraguas

no porque me encantara

(no tenía para comprar un paraguas)

le hice dos hijos a una hembra.

tampco sé

si fue por amor o por su calentura

que abrió gustosamente las piernas para mí.

he recibido bravos hurras y aplausos

por sudar y escribir El Poema.

gracias, muchas gracias.

amigos parias.

amigos con carros, muy amables amigos académicos.

aquí tengo mi talento. El Poema.

el que salí a buscar

desde la entrepierna de mi madre.

¿qué hago con él? ¿se los doy? ¿lo quieren?

¿me lo como? ¿qué hago?

 

De Con unas arrugas en la sangre (1997)

 

 

PERDEDOR

 

soy un varón

experimentado en derrotas.

lo he perdido todo

y lo tengo por basura.

las enfermedades

que alargan más la noche,

los nervios arruinados

por el fraude del amor,

los calmantes,

las persecuciones de la imaginación.

ME BUSCO

en la multitud de mis soledades

y todos se levantan contra mí

como si fuera yo el autor de sus prisas

y  fatigas.

tipos chocantes.

con esfuerzo

compran el auto soñado

y  luego quieren irse al infierno.

¿quién soy yo para detener

el freno de sus prisas y temores?

soy un varón

experimentado en derrotas.

hambriento y solo

me resentí con el Sol

en los supermercados de Quito:

creí que mi ciclo terminaba.

desnudo y solo me resentí con la Luna

en los parques de Guayaquil:

creí que mi ciclo terminaba.

mentiras del diablo.

Dios tiene grandes planes para mí;

con su ayuda preparo un libro

donde los suicidas

y drogadictos se peinarán frente al espejo

Dios entiende

que los perdedores

tenemos mucho que ganar.

 

De He llevado una vida feliz, los poetas duros no lloran (2001)

 

 

UNA PETICIÓN

 

Padre nuestro no sé dónde habitas, pero te gusta la comodidad. Aunque tú no lo creas puede que hasta incluso no les guste a tus peros ángeles, pero a mí sí me gusta mi vida, aunque a ratos sea vida de perro sin dueño.

No te he orado hace años. Te pido hoy por los seres más santos de la Tierra, los más puros, los indigentes, los mendigos, los prisioneros, los criminales, y los ladrones de la tercera edad.

Sé bien que Tú eres el jugador del libre albedrío. Ellos y yo, voluntades enfermas, elegimos la vida sin esperanzas y sin responsabilidades. Una fuerza interior oscura, misteriosa, me lleva a volver a las drogas, al alcohol y sus situaciones: la mendicidad, la violencia, la locura y la auto agresión. En ese estado no existe autoestima.

El odio.

¿Es el odio una fuerza que impulsa a vivir o a morir? Como Lemos, igual a mí: poeta iluminado y suicida y presidiario.

He vuelto a la calle sin ningún motivo.

No sé si Tú crees en la reencarnación. Pero creo que en la otra vida fui indigente. En ese estado me siento querido y respetado cuando los amigos me regalan camisas usadas y limpias.

Papá, cerca está mi día. El fin de la ventura. Tengo la tristeza de tu hijo. Estoy triste hasta la muerte. Un poeta Cristo.

Papá

Cuida y protege a ellas. Una me amó y la otra me ama. La primera no cree en ti. Pero no eres rencoroso. No me decepciones, ella me lavó los pies cuando caminé descalzo pisando los vidrios que me arrojan los enemigos y algunos que me elogian.

Usted ha guardado el secreto de mis crímenes. Llevo décadas encerrado.

Escribo palabras de amor. Si me animo escribiré a Lena.

                Me iré al mar.

                Tengo privilegios.

                Soy tu hijo.

De El ángel recaído (2019)

 

 

Pedro Gil (Ecuador). Fue discípulo de Miguel Donoso Pareja. Fue el único poeta de su generación en acercarse a la poesía social de forma directa sin usar el lenguaje literario. Vivió en Argentina y Colombia. Su vida bordeó psiquiátricos, centros de recuperación de adictos, cárceles y hospitales. Desde ahí ha escrito: Paren la guerra que yo no juego (1988); Delirium tremens (1993); Con unas arrugas en la sangre (1997); He llevado una vida feliz y los poetas no lloran (2001); Sano juicio (2004); 17 puñaladas no son nada (2010); Crónico poemas del psiquiátrico: Sagrado Corazón (2012); El libro de cuentos y el príncipe de los canallas (2014); Pánico en el bosque de las agujas (2015); Bukoswki, te están jodiendo (2016); Los poetas duros no lloran poesía reunida (1988-2019); No es fácil ser Gil (2020) y El ángel recaído (2021).

 



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