LUCKY EL INDOMABLE
Ah este Lucky, siempre sonriendo
GEORGE KENNEDY, en Lucky el indomable
Mi padre se sentó a beber
y no se levantó hasta la muerte.
Hasta la mañana que –a empujones-
lo llevaron al especialista quién le diagnosticó
cáncer
al esófago y los días contados.
—Prohibida la bebida, Don Gil
—¿Para qué? Si en la tumba no se come ni se bebe.
***
Al atardecer pidió en la fonda del barrio
un caldo de pata
le dijo al fondero que se lo cobrara a Dios
que le debía demasiado.
***
En la noche, aprovechando su estatura
bajó una estrella y usó como lámpara para buscar
en la bodega de la casa recuerdos
y tablas de madera.
***
Al siguiente día moría
junto a un ataúd para niño
***
En su sepelio estuvimos solo niños.
Desde los 5 hasta los 80 años.
Niños llorones, niños asesinos, niños débiles,
niños duros, niños diplomáticos, niños borrachines.
Nos quebrantamos ante la tumba de niño
de mi padre.
***
Todos consideran sus vidas dignas
de un libro o una película.
Claro que no toman en cuenta
que hay libros mágicos, reales, mediocres
y hasta impublicables.
¡Mi padre fue un gran libro!
***
Les cuento:
el Negro Víctor enterró con sus propias manos
(él mismo hizo los ataúdes de madera)
a sus cinco niños, tres varoncitos y dos mujercitas.
Sus hijos.
Mis hermanos.
***
Paul Newman fue un actor duro.
El negro Víctor, mi padre, no fue actor,
fue un duro.
Real.
Bueno.
***
Sólo un hombre duro puede reposar en una tumba de niño.
Para e Ing. Tonny González P.
De Crónico Poemas del Psiquiátrico “Sagrado Corazón” (2012)
FAMA Y POBREZA
Es raro despertar bien sentir y sentirse bien
oir el encantamiento de los jilgueros
recibir la bondad de la naturaleza
en la contemplación de la montaña.
Debe ser normal este estado para el hombre común
pero cuando tú mismo eliges entregar tu vida
a la militancia sin responsabilidades
no hay lugar a los remordimientos.
Nunca quise redactar sonetos a la luna (chévere Parra)
ni pedí que regresen las putas golondrinas a mi balcón cagar
me fui a los extremos y pago el precio como macho.
Por eso los achaques a mi cuerpo
no del espíritu ni de la mente.
En el banco tengo 50 miserables centavos
mis pertenencias: un par de zapatos un DVD, unas decenas de
películas
dos jeans algunas camisas y camisetas
regalos de amigos
y pare de contar.
Estoy contento y eso no es raro.
El reconocimiento literario
el mito de mi nombre y apellido
hacer lo que me da la gana, como por ejemplo,
no tener jefe de trabajo,
que me paguen por leer,
beber solo, beber seguido
40 lunas 40 soles
Puedo decir sin temor, soy un buen tipo,
soy Pedrito Gil.
Puedo decir sin temor que me encontré.
Estoy hecho.
De Bukowski, te están jodiendo (2015)
MI HERMANO SE PARECÍA AL MAR
uno
En la mitad del sueño me ha despertado mi hermano muerto,
despierta que no hemos hecho nada todavía
ya has dormido demasiado, dormiste amanecido
recogiendo colillas de cigarros en las veredas de la autodestrucción
dormiste
y los infames aprovecharon
te robaron el abrió, el sueldo bien ganado
sé consciente
sólo tú eres culpable si perdiste el tiempo, la plata, la autoestima no
perdiste el talento el talento no debe dormir
los talentosos no duermen no se enferman suficiente con el alma en
guerra sin tregua
guerra donde caen los débiles los blandos
dos
Es fantástico pero real cada vez que estoy en trance poético cada vez que los demonios no me dejan dormir y más aún ahora que mi hermano muerto ha entrado a mi dormitorio, llega la lluvia.
Llueve para hacerme de música de fondo
en este poema, en este despertar.
tres
Yo en el callejón de la Muerte,
mi hermano en terapia intensiva múltiples infartos.
Yo varios días y sus noches drogándome fugitivo de la realidad,
mi hermano varios días y varías noches enfrentando
electrocardiogramas, máquinas, tubos aferrado para seguir con
nosotros, para seguir conmigo.
Mis familiares, una vez anunciada su muerte en Guayaquil
encontraron al hermanito menor en un fumadero de crack
yo sabía la noticia y me negaba a creerla.
cuatro
Las mujeres de la familia me desnudaron me bañaron, me
vistieron, los más pequeños me afeitaron
mi hijo me llevó en su auto directo a una funeraria privada
a recibir el cadáver en la madrugada
llegué elegante con ropa del difunto
entré en el cuarto donde la estaban maquillando
y ahí estaba Ubaldo Enrique desnudo, hermoso y varón
las manos cruzadas en el pecho sonriendo
un muerto feliz mi hermano amado
el que se me sentaba en sus piernas para nutrirme con proféticas
coladas de avena,
sabiendo que duro iba a ser el camino
dura la guerra en este mundo asqueroso.
cinco
Abracé a su esposa, mi cuñada
sus lágrimas
las más cercanas a lágrimas salidas de las vísceras, del alma
las otras lágrimas
las de las secretarias, compañeros, vecinos, conocidos, parientes
no digo que no hayan sido lágrimas sinceras
pero se secarían a las pocas horas
seis
Esta noche me ha despertado y me dice que está bien
que duerme los cansados del trabajo
los cansados del hambre
los cansados de drogarse
las madres cansadas de cocinar, cuidar, esperar
los dictadores, esos sí, que no duerman nunca
que sus asesinados no los dejen dormir
¡que no los dejen dormir!
Que no duerma el poeta en sus laureles
un poeta de sueños de perro de vida suave
sólo puede dar a la humanidad
escritos cursis sermones de autoayuda.
siete
Mi hermano muerto prepara mi funeral
en vida no pudo
quiso experimentar primero qué es eso de morir
para tener argumentos y darme un sepelio digno
¿No lo sabían? No se hagan, todos creían
que el que se iba a morir primero era yo
que quien merecía morir era yo también pensé lo mismo
las ironías del destino
las ironías de Ese que mueve las fichas de nuestras muertes
y nuestras vidas.
ocho
Ubaldo Enrique mi hermano se parecía al mar.
Vigoroso. Inagotable.
nueve
El mar se parece a mi hermano.
Para Simone, Alejandro y Omid, mis sobrinos
De Bukowski, te están jodiendo (2015)
BREVE BIOGRAFÍA
Madrugada del 18 de mayo,
ahí esta mi madre,
fresco aún el crisol de su entrepierna,
sudando y pujando dolores
para que luego venga yo
sude escriba El poema.
nunca le pregunté si fue por amor o lascivia
que se entregó a mi padre
en esa cama huesuda
que está guardada en una bodega de la casa
y la memoria
ya grandecito,
pese a sentir una aplastante gana de comer,
nunca salí a buscar empleo
porque el empleo agota,
salí a buscar amor,
porque el amor es inagotable.
a los 11 años,
me perdí en un callejón donde solo había
droga y amigos con caras
y almas cortadas.
salí de ese callejón a los 24.
de los 11 a los 24 tantas cosas.
fui fichado por la poesía muy temprano
he dormido en hoteluchos
donde mujeres del ambiente
(ya no les llamemos putas, ¿quieren?)
prefieren borrachos con plata
antes que poetas con lunas estrellas planetas
de necesidades.
he merodeado ciudadelas
de enfermedad y miseria.
he visitado Clínicas Psiquiatricas
ahí reposó mi enremedad en una hamaca
esperando el Crepúsculo.
el crepúsculo de maniáticos y enfermos
con caretas de hombres.
he paseado en carros patrullas.
he traicionado al traicionero.
he pedido limosna a Los míseros
una vez supliqué PAREN LA GUERRA QUE YO NO JUEGO
pensaron que había fumado al revés.
bombas misiles cohetes
zumbaron por mis narices.
que otro pare la guerra
he visto mi parentesco con la muerte
en uno dos tres Delirium Tremens
y supe que la muerte no es un juego
ni un ensayo.
la muerte, como la vida,
tiene demonios
que no vemos porque no nos da la gana
me senté, confiado de espaldas ,
en la silla que me cedió el asesino.
he reído atardeceres frente al mar,
respirando yodo, sal y cervezas.
he caminado bajo aguaceros sin paraguas
no porque me encantara
(no tenía para comprar un paraguas)
le hice dos hijos a una hembra.
tampco sé
si fue por amor o por su calentura
que abrió gustosamente las piernas para mí.
he recibido bravos hurras y aplausos
por sudar y escribir El Poema.
gracias, muchas gracias.
amigos parias.
amigos con carros, muy amables amigos académicos.
aquí tengo mi talento. El Poema.
el que salí a buscar
desde la entrepierna de mi madre.
¿qué hago con él? ¿se los doy? ¿lo quieren?
¿me lo como? ¿qué hago?
De Con unas arrugas en la sangre (1997)
PERDEDOR
soy un varón
experimentado en derrotas.
lo he perdido todo
y lo tengo por basura.
las enfermedades
que alargan más la noche,
los nervios arruinados
por el fraude del amor,
los calmantes,
las persecuciones de la imaginación.
ME BUSCO
en la multitud de mis soledades
y todos se levantan contra mí
como si fuera yo el autor de sus prisas
y fatigas.
tipos chocantes.
con esfuerzo
compran el auto soñado
y luego quieren irse al infierno.
¿quién soy yo para detener
el freno de sus prisas y temores?
soy un varón
experimentado en derrotas.
hambriento y solo
me resentí con el Sol
en los supermercados de Quito:
creí que mi ciclo terminaba.
desnudo y solo me resentí con la Luna
en los parques de Guayaquil:
creí que mi ciclo terminaba.
mentiras del diablo.
Dios tiene grandes planes para mí;
con su ayuda preparo un libro
donde los suicidas
y drogadictos se peinarán frente al espejo
Dios entiende
que los perdedores
tenemos mucho que ganar.
De He llevado una vida feliz, los poetas duros no lloran (2001)
UNA PETICIÓN
Padre nuestro no sé dónde habitas, pero te gusta la comodidad. Aunque tú no lo creas puede que hasta incluso no les guste a tus peros ángeles, pero a mí sí me gusta mi vida, aunque a ratos sea vida de perro sin dueño.
No te he orado hace años. Te pido hoy por los seres más santos de la Tierra, los más puros, los indigentes, los mendigos, los prisioneros, los criminales, y los ladrones de la tercera edad.
Sé bien que Tú eres el jugador del libre albedrío. Ellos y yo, voluntades enfermas, elegimos la vida sin esperanzas y sin responsabilidades. Una fuerza interior oscura, misteriosa, me lleva a volver a las drogas, al alcohol y sus situaciones: la mendicidad, la violencia, la locura y la auto agresión. En ese estado no existe autoestima.
El odio.
¿Es el odio una fuerza que impulsa a vivir o a morir? Como Lemos, igual a mí: poeta iluminado y suicida y presidiario.
He vuelto a la calle sin ningún motivo.
No sé si Tú crees en la reencarnación. Pero creo que en la otra vida fui indigente. En ese estado me siento querido y respetado cuando los amigos me regalan camisas usadas y limpias.
Papá, cerca está mi día. El fin de la ventura. Tengo la tristeza de tu hijo. Estoy triste hasta la muerte. Un poeta Cristo.
Papá
Cuida y protege a ellas. Una me amó y la otra me ama. La primera no cree en ti. Pero no eres rencoroso. No me decepciones, ella me lavó los pies cuando caminé descalzo pisando los vidrios que me arrojan los enemigos y algunos que me elogian.
Usted ha guardado el secreto de mis crímenes. Llevo décadas encerrado.
Escribo palabras de amor. Si me animo escribiré a Lena.
Me iré al mar.
Tengo privilegios.
Soy tu hijo.
De El ángel recaído (2019)
Pedro Gil (Ecuador). Fue discípulo de Miguel Donoso Pareja. Fue el único poeta de su generación en acercarse a la poesía social de forma directa sin usar el lenguaje literario. Vivió en Argentina y Colombia. Su vida bordeó psiquiátricos, centros de recuperación de adictos, cárceles y hospitales. Desde ahí ha escrito: Paren la guerra que yo no juego (1988); Delirium tremens (1993); Con unas arrugas en la sangre (1997); He llevado una vida feliz y los poetas no lloran (2001); Sano juicio (2004); 17 puñaladas no son nada (2010); Crónico poemas del psiquiátrico: Sagrado Corazón (2012); El libro de cuentos y el príncipe de los canallas (2014); Pánico en el bosque de las agujas (2015); Bukoswki, te están jodiendo (2016); Los poetas duros no lloran poesía reunida (1988-2019); No es fácil ser Gil (2020) y El ángel recaído (2021).