GLOSA
Una golondrina surca la eventualidad
Tal vez pueda decirme dónde se ocultan
el silencio y el vacío.
En el canto de una pluma
se encuentra el vacío
(allí donde el aire la bordea)
Del silencio, nada
Tal vez por el seno de tu mano
el ave pasa y la estela es inasible
o queda un zumbido en el viento.
Quizás sea lo viajero
o algo digno de ser
no nombrado
De Impalpable.
ACERTIJO
Despojada la víspera del vuelo
¿Qué es la mariposa?
Las alas pierden el polvo
debilitan el surco
¿Perdura el colibrí
o lo efímero es su aleteo?
Las alas halan el vuelo
el surco persiste
la muerte alea
y cae.
Lo que queda del ave es la flor.
Su polen desvariado
marea el viento.
De Condensación de la luz.
LAS TABLAS DE LA LEY
Hay niños como águilas
que inventan las garras del tiempo
y tienen las manos como florcitas austeras.
No confiaba madrecita en mis versos
de manantial de agua inesperada. Desdecían
el escrúpulo del hombre que sueña
y no da de beber
para ser también madrecita tuya
y de todos los cielos de extramuros.
Pero un aire mundano
entorpece este incesante letargo
y la palabra es un aleteo de colibrí.
Yo trato madrecita de contar
cuántas veces se mueven las alas
en un solo minuto. Cansa mirarlo.
Si parece una estatura de arco iris
que liba su mismísimo cuerpito. Yo soy lo que hice, lo que hago ahora
dentro de los siglos que no vienen.
No hay división divina
madrecita tu ternura de horas que consumen el futuro.
Nací para serte madre.
No me dejes morir como el agua que huye entre las piedras.
No te quemes con este destierro a destiempo.
No destejas la mortaja que hicieron mis manos
cuando labraba la huerta de los hijos.
En las monedas que guarda la tierra está la palabra.
Y no dirá nunca qué soy
cómo llegué al mundo
cómo me fui
De Demudado.
FRACTURAS
Hay tiempos muertos fuera del tiempo
figuras lingüísticas que acarician
fuegos antiguos como voces
hijos que son la casa
más pura del dolor
Pronuncio el cuerpo del destiempo
La muerte abre sus cajones
Apegos singulares caen
como pétalos
y arman tu silueta
Hay palabras que hieren como dardos
y sangran dentro de las letras
La escritura traza la forma de tus manos
dibuja tu olfato animal
que sabe como un lince
Hay un tejido que hace puntos suspensivos
comas y paréntesis para construir tu carne tibia
perdida entre mis manos
Hay fragmentos en esos tiempos muertos
que te guardan entera
en un espacio donde nadie dice
si valió la pena seguir de largo
cantando en tu nombre
el llanto de las madres y los hijos
de los demonios
que nos mastican en la noche
Hay una casilla donde no estás
aunque el espacio te está reservado
para que el recuerdo tenga dónde anclarse
Lleno el discurso como más me conviene
pero no paro de buscar el arma
que mate a este verdugo
Hay un código secreto que no se devela
De todos modos las cosas pertenecen
al aria sintáctica del misterio
Somos una alucinación verbal
la memoria de los otros
el pavor de la sombra
Un sonido sin ritmo repite hasta el hartazgo:
¿hacía tanto sufrimiento?
Nunca subestimes el poder del azar
De Sintaxis del nudo
BIOGRAFÍA
Quién dijo que tenía que hacer la cuenta
la suma y la resta
poner en los cajones hilachas
como memorias
Quién dijo que la cuenta
era ponerles a los números
fichas cargadas
como rifles de títeres enfermos
Quién dijo en qué columna
se pone al desatino
de restar cuando sacan
los trapitos al sol
si la ropa sucia se lava en casa
y no tenemos una cuerda
para colgar un cuerpo tan pesado
Quién dijo que hay algo
más que el infame
resultado puesto donde no apuesta
la trama de la vida
Quién es el avestruz que ni esconde la cabeza
para poner espiar
Quién dice adónde voy
con esta cifra
para escribir
con letras que no sean
abecedarios de infortunio
Que todavía nadie me corrija
si ahora soy yo la que quiere
arrancar la hoja y hacer
borrón y cuenta nueva
De Sintaxis del nudo.
Cristina Domenech nació en San Isidro, Buenos Aires, en 1954. Escritora. Licenciada en Filosofía. Docente. Coordinó talleres de escritura en forma particular desde los años 90: escuelas públicas y privadas, centros juveniles; capacitación docente a lo largo de todo su país. Fundadora del taller de poesía del CUSAM, Centro Universitario San Martin, Unidad penal 48 en José León Suárez. Su experiencia en cárceles fue llevada a otras unidades penales dentro de Argentina, Cuba, España, Costa Rica, Ecuador y Perú a través del del lenguaje poético como herramienta esencial para la construcción de una subjetividad libre. Integrante del equipo de Ted educación (TED-ed), desde 2017. Fundadora del taller de poesía en la Villa 31, Barrio Carlos Mujica, dentro de la sede Scholas Occurrentes. Publicó los libros Impalpable, Ed. Ultimo Reino, 1994; Condensación de la luz, Libros de Alejandría, 1998, Tierra Negra, Ed. del Dock, 1999; Demudado, airediseño ediciones, 2007; Antología personal, airediseño ediciones, 2010; En Voz Baj, (Antología- X Festival Internacional de Poesía-Colección Casa de Poesía-2011); Sintaxis del nudo, Ediciones Lamás Médula, 2014. No queda más que viento, Ediciones del camino, 2021 es su primera novela.
Oradora deted.com:
https://www.ted.com/talks/cristina_domenech_poetry_that_frees_the_soul