19 Abr 2024

52. POESÍA ESPAÑOLA. GONZALO SÁNCHEZ-TERÁN SÁNCHEZ-ARJONA

-22 Ene 2024

  

EL ACUÍFERO COMÚN

 

Campo de desplazados de Habile.

Frontera chadiano-darfurí. Julio.

 

Con los apicultores de perseidas,

a pulso elevaré la rueda al eje

del carromato nuestro y, sobre rocas,

reemprenderé la senda del ejido.

 

Me subiré a tu espalda, o tú a la mía,

para coger puñados de higos frescos

que comeremos juntos a la sombra

de las higueras. Y daremos gracias.

 

Beberemos el agua de los pozos

que en el acuífero común abrevan,

donde dictan sus leyes las hebillas

y los pronombres desmovilizados

abrazándose danzan como iguales.

 

Daremos con el valle compartido,

sin otra linde que los horizontes,

pero seremos huéspedes, no dueños,

y desensillaremos a la historia

para que el sol restañe las heridas

de tanto látigo y espuelas tantas.

 

La propiedad privada no es un robo,

el robo es que jamás cambie de manos,

que posea los cielos el cetrero

y que tenga apellidos lo de todos.

 

Contra el paso de oca de los días

bailaremos sin patrias y sin amos,

y cuidaremos como porcelana

la libertad del débil, la salud

del foráneo, igual que el trapecista

tiende su mano al trapecista en vuelo.

 

Y cuando nuestras ánimas cumplidas

se echen a descansar entre el rocío,

al devolverle al universo el mundo

que nos prestó lo reconocerá,

y dejaremos el ajuar doblado,

y en vez de cementerios, bibliotecas.

 

 

ESTRATEGIA DE ACCIÓN DIRECTA

 

Los hombres crecen como las ciudades,

alejándose de su centro histórico,

dejando atrás callejas bautizadas

por antiguos oficios artesanos

para agrandarse en anchas avenidas

con nombres de soldados y políticos

hasta desconocerse en carreteras

anónimas o en urbanizaciones

uniformes, silentes, indistintas,

y crecen hasta que entre su ciudad

y la ciudad siguiente ya no hay campo.

 

Así crecen los hombres.

 

Y también crecen como las iglesias,

traicionando el mandato de su origen

-la verdad, el amor y la justicia,

partir los panes al caer la tarde-

para alzar templos como fortalezas

donde juntar el oro de sus fieles

y convocar milicias que lo guarden,

besando el manto y acatando el orden

de quienes persiguieron a su apóstol,

hasta reconocerse solamente

en el temor a las demás iglesias.

 

También así los hombres crecen.

 

Yo quisiera crecer como el olivo,

la encina, el fresno, el álamo, la higuera,

que no saben en qué país arraigan

ni buscan otra plata que la lluvia,

protegen aves, y hallan su grandeza

no creciendo más, sino siendo bosques.

 

De Y corrí cual si el mal tuviera lindes 

Premio San Juan de la Cruz 2023

 

 

POEMA DEL CUENCO DE LAS MANOS JUNTAS

 

Burundi. Febrero.

 

Si eres el paraíso, si te sabes

anfitrión de cumbres, baptisterio

de las estrellas, sede del sentido,

quién,

            quién podrá expulsarte de él, qué ángel

o bestia te echará de la conciencia,

de tu mente, la Ítaca del tiempo.

 

Las carabelas que la luz fletó

a través de millones de milenios

en ti han desembarcado, en tu albedrío

y en tus sentidos. Ángeles y bestias

darían sus espadas y sus fauces

por pasar una noche tras tu frente.

 

Solo en la comprensión hay principados

y tú eres el señor de las razones.

Cabe más en el cofre de tu espíritu

que en las tundras polares del espacio:

tú sientes, tú conoces, tú proyectas.

Los suicidas son todos regicidas.

 

Cuida al río que brota de tu cántara

pues hechos y jornadas allí beben,

allí lavan su sexo. Lo creado

son tus estribaciones; las hipótesis

son tus huéspedes. Nada es tu extranjero.

Con tu salvoconducto viaja el alba.

 

En la grandiosidad del universo

solo tus dedos, nada más, señalan

al firmamento, empuñan un arado,

escriben, crean arte y acarician.

Eres el paraíso: concelébralo

y entrégalo más bello que lo hallaste.

 

De Y corrí cual si el mal tuviera lindes 

Premio San Juan de la Cruz 2023

 

 

SIEMPRE NOS ESPERAN EN OTRO SITIO

 

De camino a Tezamira. Norte de Etiopía.

Tercer año de sequía.

 

Es necesario que el infierno exista,

si no, dónde arderán los que arder deben.

 

Una mujer mayor lleva a la espalda

a una anciana que debe ser su madre

bajo la obesidad del sol hiriente.

 

Horas caminará con ella a cuestas

hasta Guraro, el centro de comarca,

donde se distribuye ayuda en grano,

catorce kilos por persona y mes.

 

 (Prueba a comer durante treinta días,

mañana, tarde y noche, con catorce

kilos de cereal, mientras laboras

algún terruño como tú sediento.)

 

Tan solo los que acuden a Guraro

tienen derecho a recibir comida,

por eso esta mujer doblada, rota,

acarrea a la anciana por los riscos.

 

La mujer, inclinada hacia las piedras,

no ha visto el coche, pero los dos ojos

de la anciana se cruzan con los míos.

 

No tendría por qué sentir vergüenza,

hoy debo visitar cuatro colegios

y sería imposible hacerlo a pie,

que yo anduviera en vez de usar el coche

no ayudaría a nadie, y sin embargo

avergonzado aparto la mirada.

 

Podríamos dar válidas razones

que expliquen lo que veo: la política,

la historia, el medioambiente, las monedas,

mas comprender el mal que habita el mundo

sin partirse la faz contra sus zarpas

es otra forma de justificarlo.

 

Quien sabe las raíces del dolor

y no gasta sus uñas en quebrarlas

no es más que otro aparcero de lo inicuo.

 

Es preciso que existan los infiernos

para que ardan en ellos las personas

buenas, decentes, nobles, perdonables,

que vivieron de espaldas a lo humano.

 

No quiero pensar cómo cargará

esta mujer de vuelta hasta su casa

con los veintiocho kilos y la vieja.

 

Me esperan a las doce en Tezamira.

 

De Y corrí cual si el mal tuviera lindes 

Premio San Juan de la Cruz 2023

 

 

TEOREMA DEL ASTRÓNOMO SINCERO

 

Si un poema no puede herrar al tiempo

embozaos y marchad bajo la nieve

porque en el cesto de la ropa sucia

nuestra especie no es más que otro gurruño,

y da igual todo, todo da lo mismo,

asesinar y amarse son sinónimos,

sinónimos la voz de una soprano

y el salivar del dictador, iguales

las metralletas y los violonchelos,

y el dolor de una madre desangrada

dando a luz -yo lo he visto- pesa tanto

en la conciencia de la eternidad

como el humo de un leño que se quema.

 

Mas si un poema puede herrar al tiempo,

si es dable transformar la ruina en cármenes

y en parabién el odio, y significa,

si el don de hacer milagros es humano

no volváis a agachar jamás la frente

pues procedemos de una estirpe sacra

y es nuestra potestad torcer el rumbo

del trineo de perros de la historia,

nos obedecerán las conjunciones

y en el muro abriremos un alféizar

hacia la migración de los versículos.

 

La Tierra no es el centro del espacio

mas si un poema puede herrar al tiempo

nosotros sí, nosotros sí lo somos.

 

De Y corrí cual si el mal tuviera lindes 

Premio San Juan de la Cruz 2023

 

 

POEMA DE LOS BRAZOS

 

Amanece sobre el polvo de N’Zérékoré, en la selva de Guinea.

He estado llorando por primera vez en muchísimos años.

 

Mujer que llegarás hasta mis brazos,

mira que anoche en el pasillo pútrido

de un hospital sin luz ni medicinas

se me murió un recién nacido en ellos,

 

y en la aldea incendiada por el odio

sostuve entre mis brazos a una madre

que aullaba derruida ante la fosa

donde se confundían sus tres hijos

macheteados como cañas tiernas,

 

y bajo el vuelo ciego de las balas

arreciando a las puertas de Monrovia

tomé a un viejo que no podía andar

y eché a correr con él sobre los brazos,

y corrí cual si el mal tuviera lindes.

 

Contra la palma abierta de mis manos

está, mujer, crucificado el mundo,

clavado sobre mí, clavado en mí,

como yo estoy clavado a mi osamenta,

porque vivimos y morimos juntos.

 

eso cuando llegues a mis brazos

no llegues como el barco hasta la dársena,

que mis brazos no son lugar de abrigo

sino desbrozadoras del Mar Rojo.

 

De Y corrí cual si el mal tuviera lindes 

Premio San Juan de la Cruz 2023

 

 

NÚBIL ETERNIDAD

 

Inacabada está la ley del mundo,

la que dicte su ética y facciones,

siguen medio esculpidas las cariátides

que sostienen el templo y la asamblea,

y están balbuceados los lenguajes

que harán conversación del alarido.

 

Todo es el borrador de su promesa.

 

Islas que estudian para continentes,

óvulos de presente en los hangares,

ideas que gatean hacia páginas

despertando en la infancia de los bosques.

 

Aún es nuestro planeta su astillero.

 

Los que son trizas hoy serán versículos.

 

Cuanto es añico se verá vidriera,

vidriera transparente a los colores

de la luz, protectora ante la helada.

 

Inacabada está la ley del mundo,

cauce abajo incontables pueblos nómadas

aguardan en pie nuestras instrucciones

para ser de las fauces o del beso.

 

Antes de regresar al antebrazo

del halconero restan vastas tierras

y altos milagros por sobrevolar.

 

Núbil eternidad colma los valles

y es cada voladura del ensueño

una cantera de primeras piedras.

 

No has llegado a la puerta de un asilo,

no han sido estranguladas las matronas,

no eres el albacea del pretérito.

 

En las estanterías hay espacio

para más poemarios, quedan bóvedas

albas para tus frescos, se abre el tiempo

húmedo, nuevo y dúctil a tus manos.

 

De Y corrí cual si el mal tuviera lindes 

Premio San Juan de la Cruz 2023

 

Gonzalo Sánchez-Terán Sánchez-Arjona (Madrid, España,1971). Desde 2001 ha trabajado organizando e implementando proyectos de emergencia en campos de refugiados y desplazados internos en Guinea Conakry, Liberia, Costa de Marfil, República Centroafricana, la región de Dar Sila, en la frontera entre Chad y Darfur, y la frontera entre Etiopía y Somalia. Desde 2014 es el Director Adjunto de Programas Humanitarios del Center for International Humanitarian Cooperation de Nueva York. Ha publicado los poemarios, Así en la tierra como en tu cuerpo (Premio Ciudad Irún 2000), Desvivirse (Visor, Premio de Arte Joven de la Comunidad de Madrid 2001), Si esto sirviera para hablar del río (2020), e Y corrí cual si el mal tuviera lindes (Cordelia 2023), así como el epistolario, El silencio de Dios y otras metáforas, Una correspondencia entre África y Nueva York (2009), junto al periodista Alfonso Armada.

 



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