He corrido bajo la lluvia hasta la soga
con la ilusión de un náufrago.
He dado el tirón para acercar
la camisa blanca, las sábanas.
Algunos broches han saltado al suelo,
y no me importa porque he corrido
bajo la lluvia hasta la soga
y ahora intento
recoger
la funda de la almohada,
dos remeras, un corpiño,
estos repasadores que no llegaron a secarse.
Es curioso lo que sucede con la lluvia:
nos hace creer que existe una familia.
De Final francés, inédito
22.
No es que haya tenido que cruzar
la gran muralla de Ávila
pero me llevó mucho tiempo
moverme un poquito
yo hubiera querido ser como la urraca
que salta sobre el pasto y en segundos
no está acá,
está allá,
pero no,
a mí me llevó mucho tiempo
moverme un poquito,
me llevó muchos años
entender gestos, hechos,
datos, omisiones,
como si
no me hubiera movido desde niña
como si no hubiera querido
moverme
como si hubiera estado a gusto
en el estanque
o no hubiera intentado
dar un paso tras otro
tirarme de cabeza sobre el sueño
sobre los grandes sueños del hacer,
sí me tiré y corrí en la casa vacía,
me levanté y corrí dentro del hospital,
removí las hojas para que no se pudrieran,
y levanté los ojos para probar el vuelo
y eso fue
como si de verdad yo hubiera
cruzado la gran muralla de Ávila
como si hubiera subido
los escalones altísimos de piedra,
soportado el viento en los miradores
y el vértigo hubiera templado
mi espíritu a fuerza de seguir.
Por eso mi estupor, rebelde cuerpo mío,
porque hoy miré mis pies
y me di cuenta
de que apenas se han movido
en la llanura.
De Final francés, inédito
3.
Si en cada cicatriz me apoyaran
un tallo
con su flor silvestre,
manzanillas, verbenas,
malvas,
dientes de león,
tréboles blancos,
nadie vería la belleza
de este cuerpo roto
que resiste.
De Flores para no regar
37.
Una tarde,
estaba con mis hijas frente al monte
y apareció un zorro cerca de nosotras.
Nos quedamos quietas.
El animal se acercó.
Nos miramos y no dijimos nada.
El zorro
tomó un trozo de carne,
corrió,
cruzó la ruta,
y en un destello se perdió en el monte.
Vimos su cola iluminada
mezclarse para siempre con la hierba.
Qué hermoso poder irse con esa rapidez.
De Flores para no regar
16.
La construcción de este artefacto
requiere de templanza.
El espacio es pequeño entre el burka
y el cuerpo.
Cuesta respirar junto al pequeño horrible.
El artefacto debe ser conciso
porque no hay tiempo para poemas extensos.
Debe ser redondo. Negro.
Debe caber en un puño.
Debe equilibrar la ira,
el amor, la pena.
Dos versos pesan igual que una paloma.
Eso es, hermanas,
el poema debe parecer una paloma.
Háganlo explotar.
de Zarmina
Valeria Pariso (Buenos Aires, Argentina – 1970) Publicó los libros de poesía: Cero sobre el nivel del mar (Ediciones AqL, 2012), Paula levanta la persiana (Ediciones AqL, 2013); Donde termina esta casa (Ediciones de la Eterna, 2015), Del otro lado de la noche (Ed. El Mono Armado, 2015), Triza (Ed. Detodoslosmares, 2017). Se encuentra en proceso de edición La trilogía: Uva negra, Mascarón de proa y El castillo de Rouen. Varios de sus poemas fueron traducidos al portugués y al italiano. Desde el año 2014 coordina el Ciclo de poesía en Bella Vista. Coordina talleres de poesía.