Curaduría: Manuel Adrián López
PLAYA DEL SOMORROSTRO
Le complace adentrarse en el mar,
lo hace desde niño,
deja un surco
buscando la luz
de la profundidad,
descubre una medusa y duele,
ortiga de mar, estrella sigilosa
en el vuelco de la ola,
cómo avanzar sobre la superficie
y tocar un punto remoto,
no hay intercambio,
desde la orilla la voz
no es de mujer ni es de hombre,
una lengua cantarina
modula la expresión,
bucea, sigue avanzando
echándole un pulso a la corriente,
evita el ahogo,
la voz expande su poder,
es una excusa, una distorsión
que crecerá con los años,
al bajar la luz
hacia el fondo abisal
descubre otra playa,
la arena impoluta,
el reloj detenido
es el dedo acusador,
un jirón de pureza
acelera en el flanco.
PHOENICIA
Al golpear el portón
me indican por dónde pasar,
ganada la oscuridad
salgo al jardín de Hamza,
los ojos se abren despacio
y la luz me sitúa entre cipreses.
Junto al pozo jugamos
con el fino punzón del azar
y no dejo de asustarme,
su filo marca el centro de mi pecho.
El perfume del perejil sube intenso
desde el plato,
pero no he venido
a contemplar una naturaleza muerta
y acepto el riesgo.
Apenas toco el fatoush,
me pierde la aspereza incomprensible
del idioma
cuando descubro la subida al dormitorio.
Entrar al jardín de Hamza
es desnudar el corazón
mientras los adoquines
silencian lo que dejo a mi paso.
No busco nada más,
permanezco en el huerto
mientras la vida
gira en un espiral cítrico,
sin remedio.
El tiempo se enreda en la habitación
tomando el control de las horas
en una sarta de puntos suspensivos.
HELL´S KITCHEN
Calvert Casey
Unas calles más arriba
y alcanza el punto indicado,
algunos escritores estuvieron allí,
varios de ellos cubanos,
sin desearlo jugaron
a la ruleta del destino
que castiga a los raros,
malvivir,
perder
entre la mugre y la pestilencia,
you are a loser.
Se despiertan las ratas
que luego todos reverencian,
hay un suelo de hormigón,
un refugio,
la condición extrema
se disuelve en el jugo
de la gran manzana,
un jugo verde
para seguir escribiendo
sin saber para qué,
tanta indecencia
y ese suelo duro tan resbaladizo.
Escribe para domar la ansiedad,
pasajero de un viaje
por el borde de un vaso,
tanto nudo por desenredar
y tanta lluvia racheada
ponen el precio,
detrás del cristal
la estancia es minúscula
y los libros se acumulan,
pide escapar,
por el suelo,
se va.
UNA LIBRERÍA EN VILLA CRESPO
para Leandro Asoli
Cuando digo luz
saltan sapos de las páginas
de un libro,
digo luz y cae un ruiseñor
entre dos puntos,
una página abierta al azar
y un verso donde declina la tarde,
digo horas de lectura,
una marea,
una distracción
se amarra al tiempo,
detener la vida
en el párrafo exacto,
pero no hay forma de frenar
la curiosidad,
te acercas a los estantes
y te descubres buscando,
pero es imposible elegir,
no hay forma de despejar
el camino,
hay un lomo dorado
donde se empolva el destino,
allí estoy,
allí vivo,
cinco páginas más allá
entre comillas ardientes.
JARDÍN NEGRO
Se forma una perturbación
sobre las cabezas,
produce vértigo mirarla,
pero no se te ocurra parar,
es fundamental vencer el obstáculo
y seguir la ruta que indica el sueño,
alcanzar el negro jardín
de los versos posibles,
la extraña palabra
que no crea adicción,
esperar, espera
a que el corazón se extravíe
en lo profundo del bosque,
excava
en la negra floresta,
remueve insistente el mantillo,
el grito se escucha,
el sí,
el no.
SAMSARA
para Luiz Felipe Pinto
Todo empieza por una herida
pendiente de sanación,
restañar el daño
es entrar en la memoria,
transformar el dolor,
ni aloe ni gelatina de mango
sellan la superficie rota,
sólo lamer la llaga
amaina el escozor,
sin la cicatriz, sin la señal,
no puedes entrar
en la casa,
vas sin zapatos,
los pies llagados
tropiezan con guijarros
que obligan a un rictus inconfundible,
la vida se abre
cuando el cuchillo refleja la luz,
aviva la brasa
y cauteriza la piel al tocarla,
para seguir hay que aprender
a sentir,
la quemadura deja un borrón en el pecho,
da un paso,
respira hondo,
lleva tus manos
al centro del corazón.
Rodolfo Häsler nació en 1958 en Santiago de Cuba y desde los diez años reside en Barcelona. Estudió Letras en la universidad de Lausanne, Suiza. Tiene publicados los siguientes libros: Poemas de arena (Editorial E.R., Barcelona, 1982), Tratado de licantropía (Editorial Endymión, Madrid, 1988), Elleife (Editorial El Bardo, Barcelona, 1993 y Editorial Polibea, Madrid, 2018, premio Aula de Poesía de Barcelona), De la belleza del puro pensamiento (Editorial El Bardo, Barcelona, 1997, beca de la Oscar Cintas Foundation de Nueva York), Poemas de la rue de Zurich (Miguel Gómez Ediciones, Málaga, 2000), Paisaje, tiempo azul (Editorial Aldus, Ciudad de México, 2001), Cabeza de ébano (Ediciones Igitur, Barcelona, 2007 y Ediciones El Quirófano, Guayaquil, 2014), Diario de la urraca (Huerga y Fierro Editores, Madrid, Editorial Mangos de Hacha, Ciudad de México, y Kálathos Ediciones, Caracas, 2013). Lengua de lobo (Hiperión, Madrid, 2019, editorial Salta el pez, Buenos Aires, 2021, XII premio internacional de poesía Claudio Rodríguez), Hospital de cigüeñas (Editorial Libros de la Hospitalidad, Valencia 2021). El tranvía verde de Alejandría (ediciones del 4 de agosto, Logroño, 2023),Jabón de Nablus (RIL editors, Barcelona, 2023).Ha publicado la plaquette Mariposa y caballo (El Toro de Barro, Cuenca, 2002) y Cierta luz, Ediciones Mata Mata, Ciudad de Guatemala, 2010), así como Antología poética (Editorial Pequeña Venecia, Caracas, 2005) y Antología de Tenerife, Ediciones Idea, Las Palmas, 2007). Ha traducido la poesía completa de Novalis, los minirelatos de Franz Kafka y una selección de Anthologie secrète de Frankétienne. Es autor de la antología poética El festín de la flama de la poeta boliviana Blanca Wiethüchter.