07 Jun 2023

70. TODAVÍA OSCURA DE ALE PASTORE

-12 Dic 2022

 

 

TODAVÍA OSCURA DE ALE PASTORE

  

Por Miguel Ángel Zapata

  

Todavía oscura se centra en la palabra poética que rehúsa a ser nombrada. El libro transita contra la corriente, y la superficie es solo un ápice de lo que vendrá.  El título tiene que ver con el arte de vivir y escribir, la vida que transcurre en un silabeo. El poema se acerca a la llama, pero no se quema. Es aquella mariposa de Goethe que pretende a la dulzura sabiendo que morirá. En Todavía oscura de Ale Pastore se trasluce la dificultad de escribir y no tanto de soñar. Hay precisión en las imágenes, fisuras que rompen cualquier regla, o formalidades poéticas. Se trata de vivir, claro está, y de buscar alguna razón a la vida y a la poesía; por suerte inencontrables. ¿Existe alguna razón para escribir, y ser señalada en el camino? Los poemas de este libro muestran su madurez en el tratamiento de ciertos temas como la presencia de eros, el tiempo, y el arte moderno. Todavía oscura nos dice, aún vivo, aún canto, aún camino entre un bosque pleno de luz.

 

El lirismo —como ha señalado Jean Michel Maulpoix no le da la espalda a este mundo: vuelve aquello más próximo y más sensorial confrontándolo con lo que no lo es. Tal es el curioso saber del poema: al frecuentar lo imposible se le toma la medida a lo posible. Ale Pastore en Todavía oscura se abre al mundo y sortea en sus poemas la posibilidad de silabear con los sentidos. Lo lírico no es lágrima o ceniza, sino el equilibrio de la voz entonada sin tiempo. Así se presentan cuadros de la memoria, devenires del presente donde pesa la piedra y se siente el aire del árbol. Este libro comprueba que el lirismo es la celebración de la vida, materializado en figuras claves como la madre, la abuela o las hermanas, la casa del porvenir, y las uñas de eros.  Ale Pastore trabaja con denuedo en la precisión de las imágenes, sabe agrupar versos que se lanzan desmedidos para zanjar una trama particular. Por ahí vuelan pájaros, arboledas, algunos jeans y obras de arte. El corazón convoca su vuelo, una llama viva los enciende. Todavía oscura es la plenitud de la claridad. Oscura es la noche o el ave, el día pleno cuando se levantan las flores. En este libro la poeta forja su palabra con sabiduría y madurez. Descree en la falsa inspiración y se avoca al trabajo sereno de la corrección constante. Frecuenta lo imposible para tornarlo factible: “La vida quiere más vida, donde no cabe”.

 

Teresa Calderón, la notable poeta chilena, señala acertadamente: “Qué gran experiencia es leer a una poeta que tiene tan claro el oficio de escribir. Sus poemas son textualidad, tejido, textura y trama que viene a ella con el movimiento de palillos de la abuela que aplaude desde su ovillo de palabras sonoras, las cuales se unen a la mirada de la madre que atrapa el mundo con su luces y sombras mientras pinta lo inefable sobre una tela-página. Entonces, emerge Ale Pastore que aprendió las lecciones de las mujeres creadoras de su vida y toma la posta para unirse y homenajear al género en su discurso lírico. Y ese es el gran secreto de la poesía: la alquimia que surge combinando en dosis exactas, la mirada y la palabra que se abrazan y estallan en versos frescos, luminosos y llenos de significado”.

 

En suma, Ale Pastore, toma posesión de su voz poética en un marco oscuro y luminoso, y dentro de su devenir, encuentra otro sentido a la claridad.

 

Aquí comparto una selección de poemas de Todavía oscura (2022)

 

 

SELECCIÓN 5 POEMAS

(De Todavía Oscura – 2022)

 

 

LA CAÍDA DE ÍCARO

 

Pintura de Marc Chagall

 

¿Será que ya duermes en el mundo

azul cobalto de Marc Chagall?

 

Sobre el estupor de los riachuelos silenciosos,

sabiéndote camino que marca las salidas

y acortan las brumas malvas que la cruzan.

 

Serás levedad celeste sobre las alas de Ícaro,

saltando al abismo en un vuelo de espera

kilómetros bajo las nubes, al ras del suelo.

 

¿A dónde trasladar las cenizas de la negra noche?

 

¿A dónde lleva esa vía y su sentido?

 

Dicen, anda ahuyentando el temporal que se desvanece,

medianamente alejado del dolor, así; desplegando la tristeza,

como si asomase la apocalíptica combinación,

alta quimera delirando sobre su cabeza de León.

 

Ahuyentando lo que en continuidad, ya nunca es

y ahora a lo lejos, el sentir de la nada

bajo la gracia misma de la tierra solitaria,

trasladando los colores al linde de tu blanco cuerpo.

 

La vida quiere más vida, donde no cabe

 

 

HE MUERTO MIL VECES

 

Ante ti he muerto,

y con ello muere

mi amor de ti.

 

Muere mi sombra

sobre más sombras

y mis labios yermos

escapan de existencia.

 

Ante las miradas

hemos muerto.

 

Se han cerrado

nuestros ojos fríos,

sin curvas ni penas

ni versos de amor.

 

He muerto y muerto

y mil veces muerto.

 

¿No escuchas?

¿Dónde vives?

¿Dónde quedó el hogar?

 

Esta casa mía

se ha ido para siempre.

 

Ha cruzado el ventanal.

 

Me he plantado

en medio de la calle

para escuchar los versos

de los jilgueros cantores.

 

Siguen cantando

en este silencio.

 

Hay silencio hoy en la calle

y aun así, hay canto

sobre esta ciudad.

 

El oleaje no muere

se lleva las lágrimas

y con ellas mi muerte.

 

He muerto y muerto

y mil veces muerto.

 

   Y no me verás morir.

 

 

EL ENTORNO

 

El entorno golpea,

pasea nocturno

bajo los olmos

que son la sombra

de lo que fue

desmembrado.

Ha llegado el duelo

años después

como gran epitafio

ilustre, airoso.

Se levanta al vuelo

al poema como a la tierra

abre el cauce de lo que

yacía dormido,

protegido de las borrascas

que anuncia el tiempo,

el propósito que celebra

la vida y engulle

lo que no tiene lugar.

 

 

EVOCACIÓN

 

A mis hermanas Claudia y Milena

 

1

Corazón, mar de costas misteriosas, su alborecer en la arena húmeda se mezcla con la sombra descolorida, mientras gaviotas incesantes pasean entre cielos ventosos y acantilados, que ni el ruido del vuelo alado se disipa, cuando nace el día y baña nuestra inocencia.

 

2

Y retorna la claridad cuando me pierdo en una sonrisa diluida en los cristales de mi infancia. Tres vestidos, tres pares de medias y zapatos blancos, tres atentas miradas a un mismo cielo, me recuerdan que no existe niebla que perdure y que la distancia también es un nudo que amarra el tiempo.

 

3

Sentada junto a mi mar, en su orilla —El fondo de la vida— escena que invita a toparme con ellas, para cubrir mi cuerpo de agua y mis labios de sal. El sonido permanece y también borra, alejándome de todo aquello que revolotea, y mientras el cielo cubre la memoria, nacen geranios de luz como ofrenda, sin preocuparnos a dónde alumbren.

 

4

En la sombra duerme la pureza del aire, las hojas son la espera del sonido tenue, el silencio busca consuelo y esperanza, la casa en que crecí es el alféizar que me sostiene, el hogar que me acopla, el ocaso que siempre cae sobre todo aquello que no tiene voz.

 

 

EL GRITO

 

Nadie sabe, sabe nadie: la nada

del que pisa o aplasta la voz

y repone y recobra y quita

se disipa la nada, vuelve y talla

en los fondos ojos del silencio

donde grita la garganta y calla.

 

Nadie es en mí, en mí nadie

en ti está todo aquello que nace

otro silencio batallando fantasmas

más viva y vida, más muerte y llaga

y sana y cura y enferma

y el dolor expulsa lo que traga.

 

 

Ale Pastore, seudónimo de Alessandra María Chávez Maggi. Es una poeta peruana. Nació y creció en Lima. Licenciada en comunicación social y audiovisual, artista multidisciplinaria. En la actualidad escribe una columna de prensa cultural en el Diario “Poder Edomex” de México. También forma parte del comité editor de “Códice - Revista de Poéticas”. Su obra aparece publicada en diversas revistas de Perú e internacionalmente con traducciones al portugués, italiano, inglés y griego. Recientemente ha publicado La distancia del tiempo (2020) y Todavía oscura (2022), por Gambirazio Ediciones.

 

 


Compartir