Ráfagas, estallidos en el cielo, impresiones que se cuelan anunciando el trastorno del tiempo sobre cuerpos destrozados y una enfermedad que intenta definirse a sí misma: la melancolía.
La poeta colombiana, Stefhany Rojas Wagner, nos lleva, con su libro “Breve tratado de la melancolía, 2020”; a un tempo alucinado, espectro del pasado, que sostiene su respiración en el duelo de recuerdos. La melancolía infiere una dolencia en el tiempo, un ocurrir de manera iterativa a ciertas vivencias que ya no existen, pero insistimos en ellas con urgencia para sobrevivir al mareo de esa muerte atemporal y confusa, para desconocer en el presente lo que pasado y futuro contienen con el sopor de su peso:
Cuando mis ojos alumbraban la noche
deseando que mi padre regresara
mi lengua ardía como un río de oro.
Aquí, la poeta nos narra la fiebre del cuerpo en trance, una posesión dionisiaca en el quiebre temporal que intenta engañar al presente real de los instantes perdidos. No se puede ver a los dioses a los ojos porque son fuego y en esta imagen el fuego llega a la boca como “un río de oro”. Es que el deseo de posesión —ilusión paradójica—, atiza las ansías de pervivir en el pasado que ya no existe. El acontecer melancólico camina sobre un rosario de huellas, fantasías que imposibilitan el duelo y se aferran a la reelaboración del instante fugaz. En tal punto, el futuro de ese pasado tendrá que enfrentar la agonía del presente cuando la conjunción de ambos extremos marchite el ánimo de la voz poética.
Entrar en este universo de nostalgia nos lleva al origen, a la desnudez, a la soledad y al desamparo. Sin embargo, “nos deshoja, pacientemente, con ternura”, nos insufla eso que Prometeo trajo a la humanidad disfrazado de fuego: la esperanza.
Amarú Vanegas
LA SOLEDAD DE MI PADRE
La soledad de mi padre
está esperándolo sobre la cama.
Cada tanto sacude la cabeza,
se limpia el polvo de los pies
y se arrodilla sobre la sábana.
En el fondo del espejo los pómulos,
los quejidos de mi padre. Ausente de sí mismo
camina errante a la madrugada arrastrando el tiempo.
Por toda la casa la soledad lo busca.
Le duelen las manos de no poder tocar,
le salen plumas rojas.
Remueve hueso por hueso sus derrotas,
destila el hígado, vierte el veneno
en el vaso que deja a su lado todas las noches.
Beberlo, dice, cuando me incline
pensativa y sedienta sobre su rostro.
No encuentra los ojos de mi padre
abiertos mudos en la oscuridad.
¿Qué espera la soledad de mi padre llorando
en mitad de la habitación
sin saber su propio nombre?
Vacía su garganta, desmiembra el cuerpo,
rebana sus dolores y los separa
en porciones para el desayuno.
¿Qué más hará la soledad de mi padre
al acostarse del otro lado de la cama
voltear la cabeza
y ver que él no está?
MY FATHER’S LONELINESS
My father’s loneliness
Is waiting for him in his bed.
Occasionally, it shakes its head,
Cleans the dust from its feet
And kneels on top of the sheet.
From the other side of the mirror, my father’s
Whimpers, his cheeks. Absentmindedly,
He walks erratically at dawn, dragging time.
Loneliness is looking for him all over the house.
His hands hurt for not being able to touch,
He’s growing red feathers.
He removes his defeats, bone by bone;
Distilling his liver, he pours poison
In the glass he keeps on his night table.
To drink it, he says, when I lean,
Pensive and thirsty, over his face.
My father’s open, silent eyes
Are not found in the dark.
What is my father’s loneliness waiting for,
Crying in the middle of the room,
Not remembering his own name?
It empties his throat, dismembers his body,
Slices his pains and split them
In portions for breakfast.
What else will my father’s loneliness do
When it lies on the other side of the bed,
Turns its head,
And sees he’s no longer there?
ABORTO FRENTE AL ESPEJO
Arrodillada bajo la cama,
oculta de mi cuerpo que me busca,
doy puños al suelo
con la mano abierta.
No sé qué es esto que está en mi vientre
y tiene veinticinco años
deseando morir tres veces cada noche.
No sé.
Tengo que abrir las piernas,
medir el tiempo por pulgadas,
meter los dedos desesperada,
vaciarme sin hacer ruido.
Siento sus pisadas tan cerca,
está rodeando la casa,
está subiendo las escaleras.
No estoy lista para que me encuentren,
lo que vive dentro de mí no está listo.
ABORTION IN FRONT OF THE MIRROR
Kneeling under the bed,
Hiding from my body that is looking for me,
I strike the ground
With my open hand.
I don’t know what this is I’m carrying in my belly
And it is twenty-five years old,
Wishing to die thrice every night.
I do not know.
I must spread my legs,
Measure time in inches,
Put my fingers inside in desperation,
Empty myself out without causing a stir.
I hear his footsteps so close,
He’s going around the house,
He’s coming up the stairs.
I’m not ready to be found,
What lives inside me is not ready.
CIELO NOCTURNO DE PALESTINA
Rey Misil
que arrastra la cola de su manto
sobre los cuerpos de sus súbditos.
ADONIS
Revientan estrellas encima de nosotros,
buscan mi cuerpo en los escombros.
¿Dónde está el mundo?
Estoy sin piernas y sin brazos,
sin poder beber ni dormir. Vivo en un refugio
y mi refugio retumba bajo el suelo.
Si voy a casa me alcanzan los cometas.
Cuando mis ojos alumbraban la noche
deseando que mi padre regresara
mi lengua ardía como un río de oro.
El patio de mi escuela está en silencio,
mi gran río también muere
y envenena sus peces. Estoy huérfana,
están arrancando mis ojos,
mis dientes, mi nariz, me están desarmando
como a un tanque de guerra.
¿Dónde estás, madre, en el jardín de olivos?
Levántate, alrededor de nosotras están sobrevolando
los invidentes con su pirotecnia.
Levántate, abre tus manos blancas,
baña mi cuerpo trozo a trozo
como si pudieras quitarme la tierra.
Soy un puñado de huesos
que no puede alimentar a los cerdos.
NIGHT SKY OVER PALESTINE
King Missile,
Dragging the train of its cloak
Over the bodies of its subjects.
ADONIS
Stars are blowing up over us,
They’re looking for my body in the debris.
Where is the world?
I’m legless, armless,
Not able to drink or sleep. I live in a shelter,
And my shelter rumbles under the ground.
If I go home, the comets catch up with me.
When my eyes used to light up the night,
Wishing that my father would come back,
My tongue burned like a golden river.
My school’s playground was in silence,
My great river also dies
And poisons its fish. I’m an orphan,
They’re plucking my eyes,
My teeth, my nose, they’re dismantling me
Like an armored tank.
Where are you, mother? In the olive garden?
Rise up, the blind ones are hovering over us
With their fireworks.
Rise up, open your white hands,
Bathe my body bit by bit
As if you’d be able to remove the soil from me.
I’m a bunch of bones
That cannot feed the swine.
PLEGARIA DESDE UNA FÁBRICA DE PLÁSTICO
En este cráneo comprimido
estoy yo cubierta por una costra de plástico
enloqueciendo. Mira las calles, Madre,
comemos y bebemos de la desesperación,
después dormimos felices sintéticamente.
Cuando despierto miro la montaña
con los dientes quebrados; y estoy aquí, en esta ruina,
viviendo mi edad adolescente
en el naufragio circular de mis razonamientos.
Ven, Madre, en este musgo nocturno
mis ojos se descocen con el vapor de la maquinaria.
Sácame de este monólogo y déjame
ser un elefante en la llanura africana.
Deshójame, pacientemente, con tu ternura.
PRAYER FROM A PLASTIC FACTORY
In this compressed skull,
I’m covered by a plastic scab, going
Mad. Look at the streets, Mother,
We eat and drink out of desperation;
Afterward, we sleep happily, synthetically.
When I wake up, I look at the mountain
With its broken teeth; and I’m here, in this ruin,
Living my teen years
In the circular wreck of my arguments.
Come, Mother, in this nocturnal moss
My eyes get unstitched with the steam from the machinery.
Get me out of this soliloquy and let me
Be an elephant in the African plains.
Strip me, patiently, with your tenderness.
De Breve tratado de la melancolía, 2020.
Traducción de Miguel Falquez-Certain
Stefhany Rojas Wagner (Colombia). Es poeta, artista, editora y gestora cultural. Es profesional en Estudios Literarios de la Universidad Autónoma de Colombia y egresada del Preparatorio de Artes Plásticas y Visuales de la Academia Superior de Artes de Bogotá. Co-fundadora y directora de Abisinia Editorial y de la revista argentina Abisinia Review. Fue ganadora de la convocatoria de Pasantías en Bibliotecas Públicas del Programa Nacional de Estímulos, Ministerio de Cultura de Colombia, 2019, con el libro-objeto de entrevistas a mujeres que han sufrido la violencia en el municipio de Guatapé Mi cuerpo como un río (Medellín, 2019). Breve tratado de la melancolía es su primer libro de poesía el cual fue uno de los ganadores del VIII Premio Nacional de Poesía Obra Inédita (2020), publicado con Valparaíso Ediciones (2021).