01 Jun 2023

487. POESÍA CHILENA. JOSÉ BADÍA BERNER

-12 May 2023

 

TIERRA DEL ANTIGUO PUEBLO DE CHIPAYA

 

La lluvia abre y desborda los mausoleos

llamados chullpas en tierras Aymará

 

Entre escombros de edificios fúnebres

restos de cadáveres son devueltos a la vida

 

El sol limpia los huesos   la lluvia los ordena

Brillan como tajos de cielo en la roja planicie

del altiplano

 

En una caravana viaja un pueblo aún invisible

 

Su trayecto se asemeja a un corazón demarcado

por venas   túneles luminosos   ramitas que sujetan

el adobe de sus arterias mayores

 

La lluvia entra   humedece sus racimos pulmonares

Sus pisadas compactaron la tierra 

donde habrán de edificar perpetuamente

 

Este pueblo se llama Chipaya

 

Para la caravana el viaje es alejarse del centro

En su cuerpo entierran la primera estaca

 

Deshecho el equipaje   amontonan ladrillos

sobre la hidrografía cambiante del lugar

 

En el aire andino sus dioses se desvanecen

y vuelven sujetos al equilibrio del territorio

 

El último en dormirse ya no distingue entre ideas o deseos

Se abandona al tiempo en que la arcilla y la muerte 

lo abrazan

 

 

* * *

  

El rayo dicta los puntos cardinales

donde la calavera se pierde

 

Señas profundas en los sucesos del día

emplazan el pueblo con alambrado de viento

 

Las lluvias continuas sobre la planicie arenosa

y las pequeñas hierbas asidas al suelo

han conformado el material

que extraen presto los chipaya

en forma de ladrillos

 

Edifican sus efímeras viviendas

llamadas putucus   casas de viento

que el mismo viento y la lluvia

devuelven al suelo con el tiempo

 

 

* * *

 

La casa y la tumba

juntas en la imagen del agua sobre la tierra mojada

simetría que habita el espejo blando del territorio

 

Una de pie   la otra acostada

habitan el nudo entre llegar y partir

la superficie en preparación

que un tablero drástico resuelve 

 

La otra vida es un pueblo donde todos

por cualquier medio tenemos que llegar

 

Un camino seguro es la casa

volverse por donde se vino

Una casa vive de quienes alberga

— como una tumba —

 

Los difuntos tienen el poder de ascender por los rayos

subir la escalera de la lluvia y prepararse

para llover sobre el territorio inundable

donde el cráneo desmarca el mapa

que los putucus han insinuado

 

 

* * *

  

No cualquiera puede hacer llorar la campana

porque arriesga anunciar su propia muerte

 

El tañido es escurridizo e intrépido

            hay campanas distintas para hombres y mujeres

            situadas en extremos opuestos del templo

 

Para la muerte el metal es oportuno

            se cuida mucho su orden y sus funciones

 

Cuando escuchan las campanas fatuas

los dirigentes cierran sus cabildos con dos candados

            uno por los hombres y otro por las mujeres

Así no entra la muerte por la mezcla

 

Un signo inequívoco

impide accidentes

 

No habrá huida

donde el nombre esté claro

 

 

AGUA EDIFICADA

 

Un pozo se edifica primero en la cabeza

En su flujo se cruzan el temblor y el equilibrio del volumen

En el trayecto retórico del líquido el espacio se articula

por los sentidos

 

Alrededor   el baño y sus cañerías  

        acueductos   palabras   agua edificada  

        llaves de paso y obstrucciones

 

No hay quien limpie y destape el resguardo de los tubos

Maraña de residuos que la cabeza no soporta

 

Diferenciar agua corriente de agua estancada

Separar la fuente de su ámbito séptico

 

Afuera   los charcos y las fosas tragan luces

               claros infinitos en el linde húmedo

               de perspectivas enterradas

 

Reflejo escurridizo que encandila

define al cuerpo por distancias interiores

bordes traslúcidos que organizan la deriva

 

Manos que se asoman

como pensamientos inaudibles

Infinita sed saciada de ahogos

 

Ratas ancestrales refugiadas

con las garras asidas a un escombro

 

Hay un río que es lo mismo

sin estuario     siempre igual

a ti

 

 

HOSPITAL / HUMEDAL

 

I 

En filas eternas como relojes enclenques

pasillos y salas de espera   dispuestos y dóciles

a la violenta represa totémica de La Sanitaria

los surcos pastosos entre las trapeadas baldosas

nos recuerdan de golpe que la vida brilla más

            cuando invade a lo inerte

            Sabe por dónde se pierde

            porque avanza sin razón

 

En el tedio del turno y el número que lo designa

en acompañar a un pariente a cobrar su hora

sintiéndose como el balsero de una enfermedad conjunta

los muros acusan el curso de cemento vertido

rastros de albañiles   pesadillas con cuerpo de contratista

 

Las flechas con cinta amarilla pegada en los pasillos

sus vértices   el sonido de lo que va sobre ruedas

pasando raudo y las arañas inmóviles en las esquinas más altas

como si hubieran dejado un antiguo cuerpo

 

Un anfibio confunde pelo con musgo comestible

El nido a contraluz de una paloma a la que alguien nombró

                                                                            como a su madre

Cañerías   subsuelos   entretechos

manto de polvo que vela los tragaluces  

 

No son las grandes edificaciones ni la transparencia de los vidrios

en la cara abierta del hormigón armado

lo que resume el vasto influjo

 

No son los vectores del carácter en las inflexiones de un rostro

o este mármol   azul   gris   rosa   único en nuestra red salubre

 

El hospital gotea por los materiales útiles al cuerpo

Se agrega a la composición de la fauna que habita a su lado

 

La encrucijada del humedal de los Olivares

donde una tagua flota inmóvil

y no llega otra lluvia

que la nuestra

 

 

II 

El humedal de los Olivares

donde la garza prefiere un nido de deshecho industrial

en vez de un intrincado rincón de ramas y de espinas

 

El humedal de los Olivares

donde la mosca patilarga delega su verso a los zancudos

y la araña flotante se hunde entre pejerreyes que esperan

a una libélula divisada por un paciente sin nombre

 

El humedal de los Olivares

donde la tagua resucita ante el cemento del puente

que alberga a los coipos en cuyo lomo descansan los anfibios

salidos de las rojas cañerías del edificio colindante

 

El humedal de los Olivares   una hidrografía imaginaria

donde el hospital congrega a sus huéspedes acuáticos

 

Toda el agua   desde la tos hasta el drenaje enfermo

cae acá como el pájaro que exhausto se debilita

cantando a través del clima su extinción

 

Fatiga el sol   la sombra hace falta  

pero aún la grasa palpita negra en los motores

transpira el duelo por el aire acondicionado

y los cursos residuales

 

El flujo humano que va por el hospital de los Olivares

va también por el humedal sobre una balsa

que sirve únicamente para salir de ahí

 

 

SEPULCRO

 

Mi garganta tuvo sed antes de la estructura de la piel y la vena

DYLAN THOMAS

 

Enterrados   el musgo nos comunicaba

y el cielo estaba incrustado en nuestro pecho

 

Nuestra mirada se abrió paso a través de la hiedra

buscando al sol como una flor

un ojo en cada pistilo

 

Por entre los ramos que nos pusieron encima

vimos de nuevo el mundo abierto

y nos miramos transparentando los sepulcros

 

Éramos el río escurridizo

que sube por la luz y el vapor

de los tallos desfallecientes

 

Vi la columna recta proyectada

hacia la estrella que hasta aquí me trajo

 

Nos bauticé a todos con el mismo nombre

Cielo enterrado en la tierra

Tierra enterrada en el cielo

 

Entonces vi que deambulando

a ciegas     nos necesitábamos

                 todavía después de muertos

 

Y al final

y al revés

volvíamos a la vida

para buscarnos en vano

 

 

José Badía Berner (Santiago, Chile, 1987) Se ha desarrollado en diversos ámbitos artísticos como son la pintura, la ilustración, la poesía, la crítica de arte y la música. Además de participar en exposiciones tanto en Chile como en el extranjero, ha escrito y editado textos para Galería Patricia Ready, TIM Arte Contemporáneo, Museo de la Exploración R. A. Philippi y diversos espacios independientes. Ha publicado los libros de poesía CASITA (Autoedición, 2019) y Acueducto (Editorial PLO, 2019). Recibió la Beca de Creación del Consejo Nacional del Libro y la Lectura 2019. Escribe crítica musical para los sellos Nonlocal Research, Transamericas y Mappa. Ha compuesto música para proyectos audiovisuales, de los cuales cabe destacar el cortometraje And the Whole Sky Fit in the Cow’s Eye de Francisca Alegría, ganador del Premio Mejor Cortometraje en Sundance Film Festival el año 2016.

 

 


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